Hola a todos bienvenidos a mi sexta publicación. En las diferentes publicaciones les he compartido lo que aprendí de mi mamá y pues esta no es la excepción.
En esta oportunidad quiero compartirles sobre un lema que tenía mi querida Mamá, y este era corto, pero con un gran mensaje. La sopa se toma caliente, caliente. Creo que muchas personas cuando están disgustando de sus alimentos prefieren comer la comidita caliente, cuando recientemente acaba de salir de la estufa, del horno, porque la comida sabe mucho mejor, más rica. Y pues a eso se debe esa frase o lema que mi mamá tenía, porque lo aplicaba a todo proyecto o emprendimiento que tenía.
Ya les he compartido algunas vivencias de su vida, como cuando adquirió su primer vehículo, era un pick up marca Toyota de color amarillo, muy feliz e ilusionada porque a su corta edad ya tenía su propio vehículo. También desde muy pequeña le tocó trabajar y pues en su juventud emprendió un negocio y con apoyo de su hermano, logró colocar el negocio de abarrotes y granos y pues le fue muy bien. También les podría compartir los proyectos familiares, fue de la idea de adquirir bienes, siempre fue muy buena para los negocios y algo que le ayudó fue ser diligente para hacer todo lo posible para llevar a cabo todo. Nunca se daba por vencida, siempre veía la forma de lograr lo que se proponía, siempre era lanzada, sin miedo.

También en los proyectos de la Iglesia, siempre fue así, ella nunca dejó arreglos u oportunidades para después, siempre fue de pedirle a Dios su dirección y echarlo a andar. Ver el financiamiento, ver que opciones se tenían, cotizar por todos lados y realizar el proyecto. Algo que me llamó la atención, aparte de ser diligente, fue también su constancia y su visión; aunque mucha gente estuviera en contra o fuesen conformistas, ella siempre vio más allá y para ella todo era posible de realizar. Recuerdo que se tenía un proyecto de adquirir una segunda propiedad para la Iglesia y pues fue recibida la oportunidad, ella fue una de las que lo evaluó, vio opciones y dijo: Hagámoslo. Mientras otros tenían la visión muy corta y decían: es mucho dinero y ¿para qué va a servir? Y saben que, la propiedad se pagó por completo, ya se le hicieron muchas mejoras y pues allí está para el servicio de todos, es de vital importancia para el funcionamiento de la iglesia. Entonces, ¿No iba a servir? Para mi mamá si iba a servir.
Muchos de nosotros no somos diligentes, ¿saben qué significa la palabra diligencia? Según la Real Academia Española, es: Cuidado y actividad en ejecutar algo. También lo asocia con prontitud, agilidad, prisa. Dejamos muchas actividades o responsabilidades para después y pues no debemos ser así, porque el tiempo es valioso y pues las oportunidades se van, luego nos daremos golpes en el pecho y diremos: ¿Por qué no lo hice?. Y ya vimos que la vida es corta.
Siempre busco el consejo en la Palabra de Dios, porque en ella hay sabiduría y vean lo que dice acerca de la diligencia.
5 Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. Proverbios 21:5 RVR1960
4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada. Proverbios 13:4 RVR1960
Si somos diligentes, tendremos abundancia, prosperidad y no seremos comparados con los perezosos, que solo desean y nada alcanzan. Es duro leer eso; no sé cuáles sean tus planes espirituales, familiares o personales pero el consejo es que tenemos que actuar siempre con cuidado, con prontitud y agilidad para lograr nuestros propósitos y planes, claro siempre con la guía de Dios.
Lo que aprendí de mamá es su diligencia, su constancia de no dejarse llevar por comentarios de la gente o por alguna dificultad que se presentará, no había obstáculo sin vencer y por último su visión, tenía siempre sus metas, propósitos bien claros, procurando agradar a Dios primeramente y luego buscar el bienestar de los demás.
Una frase muy buena de mi madre, una mujer diligente y llena de energia, un gran ejemplo 👏