Hola a todos, bienvenidos a esta mi nueva publicación.
Creo que el título de la publicación es bastante explícito sobre el tema que les voy a compartir. Una de las tantas cosas que aprendí de mi mamá fue que debemos disfrutar de las experiencias buenas de la vida.
Mi mamá siempre me comentó lo difícil que fue su vida en la etapa de su infancia, su adolescencia y su juventud. No todo fue bonito, como a todos nos pasa en la vida. Ella tuvo momentos complicados, por la situación económica que pasaba su familia desde muy jovencita le tocó trabajar con su mamá, por la cultura de sus padres en esas etapas de su vida en las cuales no expresaban mucho amor, agregado a eso las vivencias de la juventud donde la gente ve más los defectos que las cualidades y por último pasó por una enfermedad bien complicada, donde ningún médico encontraba cual era la enfermedad que le agobiaba.
En pocas líneas se describe la vida de mi mamá, pero cuando ella me contaba sus experiencias vividas, siempre terminaba con lágrimas rodando en sus mejillas, porque dichos momentos marcaron su vida. Por ponerles un ejemplo, ella me contaba que para ver un programa de televisión muy famoso llamado “El chavo del 8” ella tenía que ir a verlo a la casa de un vecino, aprovechando le regalaban comida y pues allí pasaba parte de sus tardes. En su casa no existía nada de eso, en su casa sí había un plato de comida porque su mamá trabaja un montón para tener lo necesario, pero pues no había para esos lujos y pues díganme, ¿a qué niño o niña no le gusta ver la televisión? Y pues así les puedo seguir comentando muchas historias que mi mamá me contó; cómo lo difícil que era pedirle a su papá un quetzal (moneda nacional de Guatemala) que en los tiempos de ahora serían como quince centavos de un dólar estadounidense, para utilizarlo para transportarse de su casa al instituto educativo.
Pero saben ella también me contó los buenos momentos vividos, por ejemplo, los momentos de su juventud siguiendo a Dios, la oportunidad de compartir con los jóvenes de su iglesia o cuando uno de sus hermanos logró tener un mejor trabajo y pues eso fue de mejora para la familia, ya organizaban viajes familiares, se daban sus gustos de comer algo que quisieran y los lazos familiares fueron mejorando. También de encontrar al amor de su vida, mi papá jejeje o cuando gracias a Dios fue sanada de la enfermedad que la agobiaba. Y así podría contarles muchas historias contadas por ella, donde disfruto de los momentos agradables de la vida.
Algo que me marcó mucho fue cuando me contó los sacrificios realizados para lograr lo que ella quería. En la edad entre los veinte y veinticuatro años ya tenía un negocio propio y pues trabajó mucho para comprar el carro que ella quería. También de los anhelos como familia que tenían mis papás, llenos de trabajo arduo, de ahorrar e invertir en adquirir terrenos y poder tener una casa propia.
Si hago un balance de los momentos vividos junto a mis papás déjenme decirles que desde que tengo uso de razón creo que la balanza se inclinaría más por los momentos bonitos vividos. Siempre, siempre me celebraron mis cumpleaños a lo grande, fiesta de cumpleaños, muchos invitados, pastel, piñatas y sorpresas. Pero recuerdo que en un cumpleaños, meses o días antes me hicieron una pregunta, de regalo quieres celebración de cumpleaños o una tu cama nueva, ¿y saben que respondí? Quiero las dos cosas jajaja y adivinen, pues tuve mi celebración de cumpleaños y mi camita nueva jejeje.
Mi mamá siempre fue de la idea de disfrutar la vida, disfrutar los tiempos en familia, disfrutar las comidas ricas que hacía, disfrutar del tiempo en la iglesia, disfrutar los amaneceres y atardeceres cuando salimos de viaje, apartar algo del dinero de nuestros ingresos y disfrutarlo en lo que quisiéramos. En los tiempos de la pandemia por el COVID-19, aun cuando Mi Gordita (así le decía a mi mamá de cariño) enferma, siempre trato de disfrutar lo que estaba a su alrededor aún por las complicaciones de salud que tenía, tengo muy presente los bonitos descansos que nos dabamos los fines de semana largos, los buenos tiempos de comida que nos dimos y de disfrutar de los encierros platicando, escuchando música, viendo televisión y teniendo comunión como hermanos en Cristo Jesús, leyendo la biblia y orando.
En los tiempos cuando ya tuve ingresos económicos propios, siempre le comenté a mi mamá de los gustos que me quería dar, ¿y saben que me respondía? me decía: Si te gusta y puedes comprarlo; cómpratelo hijito.
Saben que nuestra existencia en este mundo es pasajera. En la Biblia nuestra vida es compara de las siguientes maneras:
Como la hierba del campo que al paso del tiempo se marchita.
15 Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos. 16 El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí. Salmos 103:15-16 NTV
Como la neblina que aparece un rato.
13 Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Santiago 4:13-14 NTV
Como la sombra que es pasajera.
4 Pues son como un suspiro; sus días son como una sombra pasajera. Salmos 144:4 NTV
El hombre más sabio que ha existido en la tierra explicó lo que es la vanidad de la vida, la vanidad de las riquezas, en la Palabra de Dios, Salomón dijo:
10 Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad! 11 Cuanto más tengas, más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Por lo tanto, ¿de qué sirven las riquezas? ¡Quizás solo para ver cómo se escapan de las manos! 12 La gente trabajadora siempre duerme bien, coma mucho o coma poco; pero los ricos rara vez tienen una buena noche de descanso. 13 He notado otro gran problema bajo el sol: acaparar riquezas perjudica al que ahorra. 14 Se invierte dinero en negocios arriesgados que fracasan, y entonces todo se pierde. A fin de cuentas, no queda nada para dejarles a los hijos. 15 Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir. 16 Esto es otro problema muy serio: las personas no se van de este mundo mejor de lo que llegaron. Todo su esfuerzo es en vano, como si trabajaran para el viento. 17 Viven toda su vida bajo una carga pesada: con enojo, frustración y desánimo. Eclesiastés 5:10-16 NTV
Y por último algo que me llama mucho la atención es lo que dijo este hombre, siendo el más sabio y rico de esta tierra, dijo:
18 Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino. Eclesiastés 5:18 NTV
Al final lo que aprendí de mi mamá es que debemos disfrutar de la vida y no necesariamente con grandes lujos, ni gastarnos todo nuestro dinero por “disfrutar” sino más bien disfrutar con pequeños detalles que valen la pena, como buscar y agradar a Dios mientras podamos, disgustar un heladito en familia, vernos y disfrutar de las personas que apreciamos, viajar cuando podamos y darnos nuestros gustitos de vez en cuando porque como dijo Salomón Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías.
No nos llevaremos nada de esta vida...
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